Retardo mental, convulsiones, muerte súbita, infecciones a repetición, eventos adversos por vacunas, daño muscular progresivo, daños renales, daños visuales y auditivos, deformidades óseas progresivas, anemias severas, trastornos reproductivos; son entre otros algunos de los desenlaces negativos que se pueden evitar gracias a los análisis que realizamos en unas cuantas gotas de sangre.
Aunque la mayoría de los bebés parecen normales al nacimiento, algunos pueden tener una enfermedad que pasa desapercibida pero que se manifestará en el futuro ocasionado daños graves e irreversibles.